Síntesis histórica de al-Andalus.
Fuente: José Ángel García de Cortázar. La España medieval. Madrid, Alianza, 1974.
Resumen de Enrique Castaños (2011).
Emirato y califato de Córdoba (756-1031)
Abd-al-Rahman I (756-788)
Hisham I (788-796)
Al-Hakam I (796-822)
Abd-al-Rahman II (822-852)
Muhammad I (852-886)
Al-Mundhir (886-888)
Abd Allah (888-912)
Abd-al-Rahman III (912-961)
Al-Hakam II (961-976)
Minoría de edad de Hisham II (976-981)
Almanzor (981-1002)
Abd-al-Malik (hijo de Almanzor) (1002-1008)
Abd-al-Rahman Sanchuelo
Golpe de Estado de Muhammad II al-Mahdi
Primer reinado de Muhammad II al-Mahdi
Sulayman al-Musta’in (reacción bereber)
Segundo reinado de Muhammad II al-Mahdi
Segundo reinado de Hisham II (1010-1013)
Segundo reinado de Sulayman al-Musta’in
Últimos Omeyas (1016-1031)
********************************
*698: bizantinos expulsados de Cartago.
*después del 700: expediciones de árabes y bereberes en lo que hoy
es Marruecos.
*Muza (gobernador de Ifriqiya = Túnez), directamente responsable
ante el califa de Damasco. El lugarteniente de Muza, Tarik, cruzó el Estrecho
con unos miles de bereberes en abril de 711.
*cuatro etapas:
a) control militar del territorio como consecuencia de una serie
de victorias militares. Entre 711 y 714 Tarik y Muza toman posesión de la mayor
parte del país. En Toledo recogen un amplio botín. En julio de 712 Muza cruza
el Estrecho con unos 18.000 árabes. A su marcha, Muza confía el mando a su hijo,
Abd-al-Aziz. España se convierte en provincia del Imperio musulmán con capital
en Sevilla. Con la muerte de Abd-al-Aziz en 716 concluye de forma oficial la
posesión del territorio, que, sin embargo, no se ha completado. Desastre de
Poitiers (Carlos Martel, 732).
b) contacto con la población hispanovisigoda. Escasísima población
invasora. Hasta Abderramán I, no más de 60.000 hombres, frente a cuatro
millones de peninsulares. Los musulmanes se encontraron con enormes extensiones
de tierra sin compromisos. Muchos conquistadores se fueron transformando de
clase militar en clase terrateniente.
c) instalación de los invasores: entre 714 y 719, Abd-al-Aziz y
Al-Hurr ponen las bases de la administración del territorio. Los árabes se
establecen en los valles del Ebro y del Guadalquivir (Zaragoza, Sevilla,
Córdoba) y se convierten en magistrados y funcionarios. Los bereberes en las
altas tierras de la meseta y en los flancos de las sierras (Algarve,
Extremadura, Guadarrama, macizos ibéricos y penibéticos), dedicándose al
pastoreo. El latifundismo musulmán es
consecuencia del visigodo.
719: un nuevo valí, Al-Samh, se hará cargo del poder en España.
Con él llegaron nuevos guerreros que entraron en conflicto con los ya
establecidos. Al-Samh realizó entre sus hombres un reparto individualizado de
tierras que consagraba el paso de una aristocracia guerrera a otra territorial.
Desde Al-Samh, los árabes se consolidan como casta militar dominante. Dentro de
la aristocracia árabe hay enfrentamientos entre yemeníes y qaysíes, que se
habían originado en Siria.
741: sublevación bereber en España. El valí de Córdoba, para
someterlos, contrató tropas sirias. La decisión de éstas de quedarse originó
nuevos problemas de repartimiento de tierras.
d) toma de conciencia del nuevo territorio: nacimiento de
al-Ándalus. Entre los invasores nunca se produjo la aparición del concepto de
España como unidad de dominio político. En esto hay una gran diferencia con los
visigodos. Para los musulmanes, España es un concepto estrictamente geográfico;
todo lo contrario de lo que ocurriría en los núcleos de resistencia cristiana
en el norte peninsular. Según Levi-Provençal, al-Ándalus no es más que el
espacio peninsular sujeto al poder musulmán.
*el permanente y fracasado esfuerzo del poder omeya por constituir
un Estado dominador de los innumerables poderes locales. Apariencia de
administración centralizada que prolonga el particularismo de la época
visigoda, imponiéndola a partir de 1031 con los reinos de taifas.
*muladíes: los que han renegado de la fe cristiana y abrazado el
islam.
*tres etapas:
a) la creación del Estado hispanomusulmán y de sus instrumentos
de gobierno y de administración, a partir de 756 con la proclamación de
Abderramán I como emir de al-Ándalus.
Con Abderramán II, en 850, esta empresa organizativa está concluida.
Legitimación del nuevo poder: era fácil encontrarla gracias a la carencia de
una doctrina política en el Corán o en la sunna
(dichos de Mahoma). El poder es preferible siempre a la anarquía. Abderramán I
está avalado, además, por su pertenencia a la dinastía Omeya. El emir de
Córdoba era el centro de la vida del Estado y su sumisión al califa de Bagdad
era meramente religiosa. La oposición religiosa de los chiíes (primero
partidarios de Alí, el yerno de Mahoma, y después de Husain, muerto en 680 en
la batalla de Karbala contra los omeyas) y de los bereberes (que se sublevaron
otra vez en 768), aconsejaron la imposición de una doctrina religiosa oficial
única, adoptándose desde 794 la doctrina de la escuela jurídica de Malik en
Medina. Sus partidarios son los alfaquíes malequíes (defienden la
ortodoxia).
Abderramán I tuvo que apoyarse finalmente en mercenarios (bereberes,
eslavos y sirios) y en extensas clientelas.
El país fue dividido en 22 circunscripciones llamadas coras, gobernadas por los jeques de las
distintas bandas conquistadoras (gobernadores a los que los emires no confían
un excesivo número de tropas para evitar rebeliones y secesiones).
Importantes reductos fortificados en Zaragoza, Mérida, Sevilla,
Córdoba y Toledo. Tres grandes fronteras: el Ebro, que defendía la región de
Zaragoza; las tierras del alto Duero y Toledo; la inferior, desde el cabo de
Gata hasta el Atlántico.
* Al-Hakam I (796-822) hubo de enfrentarse a las tensiones sociales
creadas en la población hispana y al poder de los francos (Marca Hispánica).
Barcelona y Gerona cayeron en manos francas.
*relativa tranquilidad durante el reinado de Abderramán II.
Hacienda saneada. Institucionalización de los tributos.
Tributos de los musulmanes: limosna (diezmo), capitación personal
y tributo territorial. A ellos se unieron una capitación mensual y tributos por
las ventas efectuadas en los zocos. Gracias a esta eficiente recaudación,
Abderramán II contaba con un presupuesto anual superior al millón de dinares.
Este emir reorganiza la Administración, la centraliza, uniformiza la condición
de súbdito marginando el elemento racial y concibe el Estado al estilo de los
despotismos orientales: poder absoluto del emir, rígida etiqueta, papel
esencial del Ejército. Dos grandes organismos: Cancillería (oficina del emir) y
Tesoro (Hacienda). Los más altos funcionarios son los visires. El hachib es un visir que hace las veces de
primer ministro.
Pero la unidad era más aparente que real. Los poderes locales
persistían y las correrías normandas llegaron hasta a penetrar en Sevilla
(844).
*b) la aparición de las contradicciones del emirato a través de
los movimientos nacionalistas de mozárabes y muladíes. (850-912). Las
contradicciones eran sobre todo tres: 1. Privilegios de la minoría árabe, que
en realidad no desaparecieron; 2. Grandes núcleos mozárabes en Toledo y
Córdoba; 3. Dificultades de conciliar el Estado centralizado con los
privilegios de la minoría árabe.
A estas tres dificultades se suman las pestes y hambrunas entre
865 y 874.
Conflicto mozárabe a partir de 850. Fortalecimiento del
sentimiento de singularidad de la comunidad mozárabe, con elementos
intransigentes como San Eulogio y Álvaro (teoría del martirio voluntario:
presentarse al cadí, blasfemar de
Mahoma y ser consiguientemente ejecutado). El problema mozárabe dejará de ser
religioso para convertirse en político, cuando los que no huyan al norte se
enfrenten a los árabes y a los emires.
Los levantamientos de musulmanes surgían sobre todo en las zonas
fronterizas. La familia de los Banu Qasi, en Tudela, mantuvo una virtual
independencia de Abderramán II.
Pero la tentativa más importante de independencia fue la
protagonizada por la insurrección del muladí Umar-ben-Hafsun, que surge en 879,
teniendo su centro de operaciones en la inexpugnable Bobastro (Málaga). Desafió
a sucesivos ejércitos omeyas y logró extender su poder, gracias al apoyo de la
población de los valles, de Sevilla a Granada, llegando a amenazar a la misma
Córdoba. Su conversión al cristianismo en 899 le privó de apoyos muladíes,
aunque ganó el de los mozárabes. Murió en 917 y sus hijos mantuvieron en jaque
al poder califal hasta 927.
*c) la fortaleza del Estado cordobés gracias al oscurecimiento de
las contradicciones internas, por obra de la prosperidad económica y la
progresiva militarización del régimen (912-1008).
La superioridad político-militar conseguida por Abderramán III
necesitaba reforzarse frente al poder fatimí surgido en Kairouan como defensor
de un nuevo sistema de ideas religiosas chiíes. Esta fue la principal razón por
la que Abderramán III asumiese el título de califa en 929, afirmando no tanto
el derecho a gobernar a todos los musulmanes del mundo, que no era su
pretensión, cuanto la independencia de España respecto a toda autoridad
superior. La cima del poder del califato de Córdoba se sitúa entre 930-980. El
interés fatimí por Egipto debilitó su posición en el norte de África, entre
Ifriqiya (Túnez) y el Magreb (Marruecos), circunstancia aprovechada por
Al-Hakam II de Córdoba para conquistar esa región y mantener una importante
avanzada en el norte de África (hasta el año 1000).
Aumento y profesionalización del Ejército en época de Abderramán
III. Aumento de mercenarios eslavos y de las atarazanas. Reforzamiento de la
vía Zaragoza-Toledo ante la amenaza cristiana.
A partir de 981 Almanzor se hace con el control del califato,
estableciendo de hecho una dictadura militar, deshaciéndose previamente de sus
rivales. Su ascenso había comenzado en 976, a la muerte de Al-Hakam II. La
oposición a su poder fue reprimida sin contemplaciones. El califa se reduce a
una figura decorativa. Aumento de los bereberes en el ejército. Sólo las
conquistas y los golpes efectuados contra los cristianos, incesantes, podían
disimular la falta de justificación de su poder ilegítimo. Pero el gasto de
mantenimiento del ejército es tan grande, que desde 989 comienza a deteriorarse
el peso y ley de las monedas califales, apareciendo un proceso inflacionario
imparable. Asimismo, las contradicciones sociales iban en aumento y el poder de
Almanzor se sustentaba sólo en el despotismo y el ejército. Su muerte,
probablemente como consecuencia de las heridas sufridas en la batalla de
Calatañazor (Soria) en 1002, hizo que el poder pasara a su hijo Abd-al-Malik,
quien lo mantuvo hasta su muerte en 1008. A partir de ese momento se produce la
progresiva descomposición del califato hasta su desaparición en 1031.
EL FIN DE LA DOMINACIÓN ÁRABE EN AL-ÁNDALUS: REINOS DE TAIFAS E
IMPERIOS BEREBERES.
*creación y vigencia de los reinos de taifas entre 1009 y 1090:
resultado de la quiebra del esfuerzo militar del califato. Se distinguen tres
grupos: a) bereberes, que controlan la costa entre Barbate y Adra,
extendiéndose por la serranía de Ronda y Sierra Nevada; b) eslavos,
antiguos oficiales del ejército de Almanzor, se extienden desde Almería a
Tarragona; c) andalusíes, que incluían a todos los musulmanes tanto de
origen árabe como hispano. Estos constituyeron los reinos de taifas más
poderosos, ocupando el interior y la fachada atlántica.
*durante la 2ª mitad del siglo XI los andalusíes se expanden a
costa de bereberes y eslavos.
*entre los reinos de taifas y los reinos cristianos es frecuente
el régimen de parias, relaciones contractuales y tratados que podían
deshacerse en cualquier momento. Algunas veces los cristianos actúan como
mercenarios de las taifas, como ocurre con el Cid en Zaragoza. La paz deben
asegurarla muchas veces las taifas a cambio de grandes cantidades de oro. Se
observa así un proceso inflacionista en los reinos de taifas (bajísima ley de
las monedas, oro blanquecino debido a la cantidad de plata añadida y un peso
que era la mitad de los dinares musulmanes, 1,9 gramos).
*estas circunstancias adversas no impide el extraordinario
desarrollo cultural de los reinos de taifas, que rivalizan en este aspecto
entre sí, especialmente Toledo, Zaragoza y Sevilla.
*dominación almorávide entre 1090 y 1145. Toledo había caído en
1085, gracias a las armas de Alfonso VI de Castilla. Esto constituyó un golpe
muy duro. El rey taifa de Sevilla, ante la amenaza cristiana, recurre a la
ayuda de los almorávides, cuyo centro decisorio estaba en Marraquech y además
supondrá una renovada berberización del sur peninsular. El origen de los
almorávides se encuentra en la cohesión de las tribus nómadas del Sáhara bajo
las predicaciones del malequí Ibn Yasin, quien por haberse retirado a un
monasterio-fortaleza (ribat), sus
seguidores se llamaron al-murabitum
(hombres del ribat o almorávides).
Alternaban la vida ascética con la milicia. Respeto literal del Corán y
resurrección de la guerra santa. No admiten desviaciones doctrinales o
teológicas. En 1086 cruzan el Estrecho, solicitados por el rey taifa de
Sevilla, y aplastan a los cristianos en Zalaca (Badajoz), aunque sin
importantes consecuencias en beneficio de los nuevos invasores. El definitivo
desembarco se produjo en 1090, decidiéndose los almorávides a establecerse en
España. A pesar de los duros golpes infligidos a los cristianos, la falta de
población hizo que las conquistas almorávides fueran efímeras y poco
consistentes. La conquista se completó en 1094. Toledo no pudo ser
reconquistada. El régimen almorávide se basó en la ocupación militar,
correspondiendo el Gobierno a un valí
del emir africano. De nuevo una unidad política ficticia se sobreimponía a una
realidad social más profunda. A partir de 1096 se acuña en la Península un
dinar de 4,20 gramos. Se suspendió el régimen de parias con los cristianos, con
lo que la economía almorávide se reactivó, siendo dirigida por los puertos de
Sevilla y Almería. La caía en 1118 de Zaragoza en manos cristianas (Alfonso I el Batallador) priva a los almorávides
de la rica región del valle del Ebro. Otro golpe importante del mismo rey
cristiano aragonés fue la incursión en la región de Granada y la toma de
mozárabes con los que repoblar el valle del Ebro. En 1126 las monedas
almorávides pesan ya 3,89 gramos. Además de las dificultades económicas como
consecuencia de estas pérdidas, los almorávides debieron enfrentarse al
descontento de los bereberes y los hispanomusulmanes. El refinamiento cultural
de al-Ándalus debilitó las estrictas bases morales y religiosas almorávides,
comenzando una pérdida de cohesión del sistema político. De nuevo se produjeron
severas restricciones al pensamiento especulativo por parte de los juristas
malequíes. En este contexto destaca la figura solitaria de Avempace, primer
comentarista de Aristóteles. Durante el siglo XII aumenta la intransigencia
contra judíos y cristianos. Entre 1144-1145 una serie de sublevaciones
populares acaba con el dominio almorávide, surgiendo las llamadas segundas taifas.
*dominación almohade = nuevo proceso de berberización de al-Ándalus.
Los almohades, previamente a su entrada en España, habían derrotado a los
almorávides en el norte de África. Almohade significa defensor de la unidad. El
origen de esta secta está en la protesta de un bereber del Alto Atlas, Ibn
Tumart, quien reelabora la doctrina islámica a partir de la obra del místico
Al-Gazalí (los atributos de Alá se resumen y unifican, frente a la dispersión
almorávide). En 1147 terminan los almohades con el Imperio almorávide,
apoderándose de Marraquech. Su intransigencia y fanatismo religioso eran aún
mayores. Las segundas taifas se pueden dar por concluidas en 1170. La derrota
en Alarcos, en 1195, de Alfonso VIII de Castilla por los almohades, no tuvo grandes
consecuencias. El Imperio almohade, que convirtió a Sevilla en su capital, se
presentó de nuevo como una superestructura militar impuesta a al-Ándalus. La
moneda alcanza los 4,60 gramos, el peso más alto de la España medieval. Por un
tiempo se intensifican los intercambios comerciales, sobre todo entre Sevilla y
Génova. Pero el régimen no contó con el apoyo popular. Los juristas malequíes
recuperan su influencia. Para granjeárselos, las obras de Averroes (el mayor
comentarista de Aristóteles, nacido en Córdoba en 1126) son quemadas, una
medida política evidenciada por el hecho de que Averroes consiguiese un puesto
oficial en la corte de Marraquech. La intolerancia religiosa almohade, sin
embargo, no se correspondió con la relativa permisividad del pensamiento
especulativo (aportaciones de Averroes, Abentofail y el judío Maimónides). La
desaparición del Imperio almohade como consecuencia de la batalla de las Navas
de Tolosa (provincia de Jaén, 1212), supondrá a partir de 1220-1224 el
surgimiento de las terceras taifas. La taifa de Murcia termina definitivamente
con el poder almohade en 1231.
*Las terceras taifas
desaparecen con las conquistas llevadas a cabo por Fernando III el Santo de Castilla y Jaime I el Conquistador de Aragón. Desde 1238 la
España islámica queda reducida al reino nazarí de Granada (de Tarifa al cabo de
Gata). Su prudente diplomacia, su vasallaje respecto de Castilla, su orografía
montañosa, sus relaciones económicas con los cristianos y las guerras
intestinas en Castilla durante el siglo XV, justifican su mantenimiento durante
algo más de dos siglos.