Fuente: José Ángel García de Cortázar. La España medieval. Madrid, Alianza, 1974.
Autor: Enrique Castaños (2011).
Síntesis
sobre los reinos cristianos del norte de la Península Ibérica en la Edad Media
(José
Ángel García de Cortázar)
*la
historia de los siglos VIII, IX, X y principios del XI, atraviesa en los reinos
cristianos peninsulares las siguientes fases:
a) El dominio del valle del Duero y la creación de los Estados leonés y
castellano.
Don Pelayo, miembro del círculo de D. Rodrigo, se
refugia en las montañas de Asturias. Hacia el 718 D. Pelayo llega a un acuerdo
entre su grupo y los astures para hostigar a los musulmanes. 722: escaramuza de
Covadonga, hábilmente explotada por D. Pelayo. Los sucesores de Pelayo
consolidaron la dominación del territorio y adoctrinaron a sus habitantes
(Alfonso I y Alfonso II). La posición de poder del grupo llegado a Asturias se
refuerza progresivamente. Asimismo, entre 780 y 820, la Iglesia consolida su
poder en Asturias, debido a tres circunstancias: -herejía adopcionista en
Toledo (la Iglesia visigoda se desintegra y la de Asturias se independiza);
-hallazgo a comienzos del siglo IX del sepulcro del Apóstol Santiago;
-actuación a favor de la Iglesia de Alfonso II el Casto. Este último rey (791) fortalece considerablemente el
reino astur y hostiga permanentemente a los musulmanes. Bajo Ordoño I (850-866)
y Alfonso III (866-911), el reino astur traspasa la cordillera cantábrica y
llega al valle del Duero, sentando las bases de su posterior repoblación.
Mientras en las áreas asturiana y gallega se prolonga el esquema político
visigodo de minoría privilegiada y mayoría sometida, en el área oriental de la
cordillera cantábrica predominan los hombres libres y son mínimas las
diferencias de clase.
En la segunda mitad del siglo X aparece Castilla
como entidad independiente (condado de Castilla, bajo Fernán González, en 960).
En 914 la capital del reino astur se traslada a
León.
b) La integración del área vascona en un Estado con la creación del reino
de Pamplona y su expansión por la Rioja.
Este proceso concluirá a mediados del siglo XI. Los
contactos con Carlomagno son frecuentes, quien consolida su zona de influencia
en los valles pirenaicos. Los intentos de Ludovico Pío de atraerse Pamplona
fracasaron por completo. Con Sancho Garcés I se establece en Pamplona una nueva
dinastía (922). La labor de repoblamiento a ambos lados del Ebro se encomienda
sobre todo al monasterio de San Millán de la Cogolla.
c) La creación de las bases de un nuevo reino cristiano: el condado de
Aragón.
Su origen está en algunos núcleos de resistencia
cristiana en el Pirineo aragonés (Jaca, Sobrarbe y Ribagorza). Centro
espiritual del futuro condado de Aragón fue el monasterio de San Pedro de
Siresa, mientras que el centro político fue Jaca. Antes del siglo XI, el
condado de Aragón ya posee 4.000 km2. En el siglo XI el condado es
absorbido temporalmente por el reino de Pamplona, convirtiéndose
definitivamente en reino con Ramiro I (1035-1063).
d) La creación y consolidación de la Cataluña vieja.
Hasta el siglo XII, Cataluña es un conjunto de
condados que resisten al islam y en el que destaca el condado de Barcelona. En
Cataluña, durante ese periodo, hay dos grupos claramente enfrentados: los
partidarios de los francos carolingios (Barcelona había sido conquistada por
Carlomagno en 801) y los mozárabes que escapan de al-Ándalus y que constituyen
un grupo de opinión nacionalista defensor de la tradición hispano goda. Fue la
familia de Wifredo el Velloso la que en 878 reúne todos los condados de
Cataluña Vieja. El debilitamiento de los carolingios favorecerá la
independencia de Cataluña. Labor repobladora y fundaciones monásticas (de
capital importancia). Desde que en 987 Hugo Capeto funda una nueva dinastía en
Francia, las relaciones políticas entre Cataluña y Francia dejan de existir.
*La
Reconquista: la ampliación del marco geográfico hispano cristiano frente a los
reinos de taifas y a los imperios bereberes (almorávides y almohades).
A
partir del siglo XI la actitud defensiva de los cristianos se convierte en
ofensiva, de manera similar a lo que está ocurriendo en la Cristiandad europea.
La Reconquista se extiende entre mediados del XI y mediados del XIII. Se pueden
distinguir cuatro etapas:
a) La consolidación previa de
la línea de partida, alcanzada en virtud del anterior proceso repoblador, se
desarrolla entre el comienzo de la crisis del Califato en 1008 y la iniciación
de los avances cristianos a mediados del XI. El fortalecimiento de la línea
alcanzada antes de la muerte de Almanzor parece el objetivo primario del
esfuerzos de los reinos cristianos durante la primera mitad del siglo XI. Los
cristianos mejoran su armamento y técnicas militares durante el siglo XI,
reduciéndose el peso de la infantería a favor de la caballería.
b) La ocupación de los valles
del Ebro y del Tajo, frente a los reinos de taifas y a los almorávides
(1045-1147). Los primeros avances hacia el dominio de los valles del Ebro y del
Tajo tienen lugar entre 1045 y 1090. La conquista de Toledo en 1085 por Alfonso
VI de Castilla, supone dar el salto del Duero al Tajo. Con todo, los cristianos
también conocen durante este periodo parciales fracasos. La conquista de
Valencia por el Cid a finales del XI, gran caudillo militar y observante del
código feudal, se pierde en cuanto desaparece su figura. El control del curso
medio del Ebro gracias al empuje aragonés, dirigido por Alfonso I el Batallador, se obtiene entre 1110 y
1134. Zaragoza es conquistada en 1118. El dominio definitivo de los valles del
Ebro y del Tajo es llevado a cabo por catalanes, castellanos y portugueses
entre 1135 y 1150, aprovechando la crisis del Imperio almorávide y el
surgimiento de las segundas taifas. Cataluña y Aragón se unen en 1150 con el casamiento
del conde Ramón Berenguer IV de Barcelona y doña Petronila de Aragón.
c) El dominio de los cursos
alto y medio del Guadiana, Júcar y Turia, frente a las fuerzas de las segundas
taifas y el Imperio almohade (1150-1212). En esta etapa se llega a un pacto
entre Castilla y Aragón para repartirse las conquistas efectuadas,
correspondiéndole Murcia a Castilla. Novedad importante es que los ejércitos
cristianos se ven engrosados con las milicias de los concejos y las Órdenes
Militares.
d) La conclusión de la
Reconquista: el dominio de las Baleares, Levante y valle del Guadalquivir,
frente al debilitado Imperio almohade y las terceras taifas (1220-1264). En
este tiempo mejora notablemente la construcción de barcos de guerra en Castilla
y Aragón (Sevilla y Barcelona). En 1230 se unen las coronas de Castilla y León,
bajo Fernando III el Santo. Córdoba
cae en 1236, Jaén en 1246 y Sevilla en 1248. Desde 1266 hasta 1484 la frontera
se mantuvo intacta entre musulmanes y cristianos. El reino nazarí de Granada
ocupó una superficie aproximada de 30.000 km2.
*Individualización
de los reinos cristianos peninsulares.
*La
formación del mapa político de la España cristiana es la novedad del siglo XI,
pues es entonces cuando los reyes cristianos comienzan a ejercer soberanía. El
primero en hacerlo es Sancho III el Mayor
de Navarra entre 1004 y 1035. La base de esa soberanía es la concepción del
origen divino del poder y el reconocimiento de las limitaciones técnicas de
ejercer un verdadero control de las fuerzas de su reino (consolidación del
feudalismo). Estímulo económico y penetración cultural del Camino de Santiago.
Este rey es el primero en cobrar parias a los reinos de taifas. Progresivo
fortalecimiento del nuevo reino de Aragón. Unificación de la submeseta norte en
beneficio de Castilla.
*La
delimitación de los objetivos políticos de los reinos cristianos tiene lugar a
lo largo del siglo XII y se refiere tanto al reparto de la tarea
reconquistadora como a la fijación de las respectivas fronteras entre esos
reinos. Reaparición del reino de Navarra (1134) y su nuevo y definitivo bloqueo
como Estado marítimo en 1200. Creación (1143) y consolidación del reino de
Portugal. Formación de la Corona de Aragón (1137). Fortalecimiento de los
reinos de León y Castilla (desde 1157). Los éxitos almorávides favorecen la
unión de Castilla (doña Urraca) y Aragón (Alfonso I el Batallador), que, sin embargo, será muy accidentada y llena de
elementos disgregadores (reivindicaciones de los núcleos urbanos de Castilla,
con una incipiente burguesía), que terminarán dividiendo de nuevo ambos
territorios. El testamento de Alfonso I el
Batallador de Aragón, que había obtenido grandes éxitos militares contra
los musulmanes, y que entregaba el reino a las Órdenes Militares, es una fuente
de conflictos, provocando la separación definitiva de Aragón y Navarra. El
testamento no se cumplió. Doña Petronila (hija de Ramiro el Monje de Aragón, que fue sacado del claustro para ser proclamado
rey) se casó como vimos con el conde de Barcelona. Navarra quedó encajonada
entre el Ebro y los Pirineos, sin posibilidad de avanzar hacia el sur a costa
de los musulmanes.
*Entre
1151 y 1213, el fenómeno político más evidente es la delimitación clara de los
objetivos y de las posibilidades futuras de los cinco reinos peninsulares:
Castilla, León, Navarra, Corona aragonesa y almohades.
*La
individualización de los Estados peninsulares y la precisión de sus nuevos
objetivos políticos, económicos y sociales es un proceso que se desarrolla
entre 1213 y 1285, para alcanzar entre esta última fecha y 1325 las
características que, agravadas por la crisis del siglo XIV, van a definir a los
reinos españoles hasta fines del siglo XV. No pueden olvidarse la quiebra de la
expansión ultrapirenaica de la Corona de Aragón y la desaparición del Imperio
almohade. A partir de la batalla de Muret (1213), los aragoneses se interesan
más por la expansión peninsular y por la expansión mediterránea. Fernando III el Santo de Castilla lleva a cabo la
unificación definitiva de la Meseta. Desde 1285, el rey de Francia lo es
también de Navarra. En Castilla surgen ya las discrepancias entre una nobleza
celosa de su independencia y un poder real con aspiraciones centralizadoras
amparadas en el Derecho romano. La conquista del valle del Guadalquivir va a
conceder grandes extensiones de tierras a los nobles castellanos y a las
Órdenes Militares. La nobleza en la Meseta favoreció la ganadería lanar.
También surgieron enfrentamientos entre Jaime I el Conquistador de Aragón y la nobleza. La autonomía de la ciudad
de Valencia y la creación de las Cortes valencianas desde 1261 fueron un
contrapeso al poder de la nobleza. Con todo, fueron reconocidos ciertos
derechos judiciales a los nobles con la creación del Justicia de Aragón,
encargado de dirimir los conflictos entre el rey y los nobles. El sucesor de
Jaime I, Pedro III, continúa con esta política pactista. Los mercaderes
catalanes ayudaron a Pedro III en la ocupación de Sicilia (Vísperas sicilianas en 1282 contra los Anjou), pero los aragoneses,
amenazados por la imposición de nuevos tributos, cierran filas contra el rey.
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